Como ya he comentado en alguna ocasión, las obras de Enrique Vegas son una plataforma magnífica para introducir a los más pequeños en el mundillo de las viñetas y es, quizás, el cómic que nos ocupa el más claro ejemplo de ello, alejándose, nuevamente, de su vertiente paródica y planteándonos una obra más compleja de lo que el título nos puede hacer pensar.
Por una vez voy a empezar por el final: esta obra la recomiendo, sobre todo, a vuestras hijas, o aún mejor, a vosotros junto a vuestras hijas, ya que, como me comentó Enrique, este es un cómic que le debía a su hija. Con esto no quiero decir que no sea disfrutable por cualquier otro lector, pero como os aclararé más adelante es una obra muy especial.
El libro empieza creándonos dudas, ya que Lili, nuestra protagonista, aparece en una habitación con un montón de camas, pero no sabemos por qué. Eso ya nos sienta una base que se ve reforzada al saber que tiene miedo a dormirse por las pesadillas que sufre, intentando combatirlas por medio de la lectura. Tanto la situación como el genial modo en que Enrique nos la muestra hace que empaticemos con Lili desde el primer momento, compartiendo con ella el miedo que le producen las sombras que la acechan en sus sueños y disfrutando cuando descubre que no todo en ese mundo onírico es sombrío y tenebroso.
El libro empieza creándonos dudas, ya que Lili, nuestra protagonista, aparece en una habitación con un montón de camas, pero no sabemos por qué. Eso ya nos sienta una base que se ve reforzada al saber que tiene miedo a dormirse por las pesadillas que sufre, intentando combatirlas por medio de la lectura. Tanto la situación como el genial modo en que Enrique nos la muestra hace que empaticemos con Lili desde el primer momento, compartiendo con ella el miedo que le producen las sombras que la acechan en sus sueños y disfrutando cuando descubre que no todo en ese mundo onírico es sombrío y tenebroso.
Y es que Dulces Sueños, como ya os contaba, es un tebeo muy especial. En el fondo es un cuento hecho cómic o quizás un cómic que sabe a cuento; lo cierto es que trata el tema de la superación de los miedos y la autoconfianza de una manera muy amena y sin caer en los tópicos habituales. El hecho de que todas las armas sean de madera, que no aparezca un solo adulto en toda la obra y que los monstruos no tengan una forma definida hace que sea muy fácil, para los más pequeños, introducirse e imitar este mundo que les resulta muy cercano. Sin ir más lejos, mi hija, en cuanto terminamos de leerlo, cogió su arco de juguete, su peluche Ojitos y se puso a defenderme de las sombras.
Como ya habréis deducido esta es una obra 100% Enrique Vegas. Con una narración sencilla, que no simple, nos muestra una estética marcadamente asiática que combina a la perfección con sus cabezones y momentos de gran épica que, sin lugar a dudas, harán que cualquier lector sufra por el destino que le pueda esperar a nuestra protagonista y a sus compañeras. Nos sumergiremos en un mundo en el que todo parece imaginado por una niña y que hace que sientas volver a tu infancia, pero sin caer en las ñoñeces habituales.
El álbum que nos presenta Dolmen está compuesto por 104 páginas en blanco y negro envueltas por una encuadernación cartoné con sobrecubierta a color a un precio de 15 euros. La sobrecubierta plantea dos problemas, por un lado es incómoda para los más pequeños y, por otro, os va resultar muy difícil convencerles de que no la cuelguen en la pared de su habitación...
No me voy a andar con medias tintas, esta obra es preciosa, la disfrutamos enormemente, tanto por la narrativa como por la maravillosa estética. El problema que le veo es que quizás un niño no logre engancharse a una obra protagonizada exclusivamente por niñas. Aun así, recomiendo que le deis una oportunidad ya que este cómic encierra más cosas de las puede parecer.
Espero que disfrutéis de una buena lectura, nos leemos... o no...
