¡Reconocedlo! Nada más que el título de este cómic ha llamado poderosamente vuestra atención... ¡y también la mía!
La oveja samurái aúna en sus 152 páginas katanazos y humor a partes iguales. ¿Estamos ante el Kung Fu Panda hecho cómic?
Llevaba tiempo esperando este tebeo, así que imaginaos cuál fue mi sorpresa cuando el otro día visitando mi librería me crucé de bruces con él... ¡y yo que creía que salía en navidades! Evidentemente, abandoné la tienda con él bajo el brazo (inexplicablemente) y unos días después, tras la presentación que se celebró en mi tienda de cómics asidua (Subterránea Cómics), aquí estoy trayéndoos mis impresiones sobre el mismo.
La oveja samurái, obra del tándem formado por el jienense Santi Girón (guionista) y el almeriense Fran Carmona (dibujante), es un cómic en clave de humor ambientado en el Japón feudal de los samuráis, saqueadores y señores bandidos que mantienen extorsionadas aldeas enteras.
Sus autores, quienes ya colaboraran juntos en otros títulos como Horizonte Azul u Operación Gorrión, demuestran una gran expresividad en lo que a estilo y dinamismo se refiere. Esta parodia se me ha hecho tremendamente entretenida y, aunque no estamos ante un cómic soberbio, sí he de reconocer el buen hacer de unos autores hasta hoy desconocidos para mí.
Fran Carmona definía La oveja samurái en la pasada presentación a la que hacía mención antes como "un Blacksad de coña", y no parecía muy en consonancia con que a muchos de nosotros nos haya recordado a Kung Fu Panda o a Usagi Yojimbo, cosa que, parece ser, no es la primera ni la segunda vez que lo oyen. En cualquier caso, se trata de un cómic que destaca por dos factores: el humor castizo o campechano de Santi y la expresividad de Fran, que consigue en más de una ocasión hacernos reir sin necesidad de diálogos.
Un cómic que recomiendo a todos aquellos que gusten de las tramas en clave de humor, las parodias con buen gusto o, simple y llanamente, las lecturas amenas de puro entretenimiento.
La lectura enriquece el alma,
Fran Carmona definía La oveja samurái en la pasada presentación a la que hacía mención antes como "un Blacksad de coña", y no parecía muy en consonancia con que a muchos de nosotros nos haya recordado a Kung Fu Panda o a Usagi Yojimbo, cosa que, parece ser, no es la primera ni la segunda vez que lo oyen. En cualquier caso, se trata de un cómic que destaca por dos factores: el humor castizo o campechano de Santi y la expresividad de Fran, que consigue en más de una ocasión hacernos reir sin necesidad de diálogos.
Un cómic que recomiendo a todos aquellos que gusten de las tramas en clave de humor, las parodias con buen gusto o, simple y llanamente, las lecturas amenas de puro entretenimiento.
La lectura enriquece el alma,
