X-Force siempre ha representado la parte más “sucia” y oscura de la franquicia mutante, sobre todo en estos últimos tiempos en los que los geneactivos están sufriendo una de sus épocas más duras.
Vamos a revisar la última, y quizás más sangrienta, de sus encarnaciones.
Recientemente la editorial Panini publicó en España, dentro de la línea 100% Marvel, el noveno y último tomo de la actual encarnación de X-Force, lo que cierra un arco que lleva con nosotros desde la etapa de Advenimiento. Resumir estos 9 tomos con unas 1552 páginas en total es un trabajo complicado, sobre todo si tenemos en cuenta que el peso del grupo ha pasado de Lobezno a Tormenta, a Cable y a… bueno, tampoco es cuestión de estropear el final.
Vamos a hacer una visión general de la serie en la que, si bien no voy contar nada transcendental, sí que intentaré mostraros las claves que definen cada parte. Este volumen de X-Force, que empieza llamándose Imposibles X-Force (en fin…), ocurre justo después del arco Advenimiento, considerado por muchos como uno de los mejores crossovers de la época moderna y que da carpetazo a una trama que se inició en la aclamada Dinastía de M. En este momento es cuando Rick Remender empieza a hacer su magia, eso sí, hasta que se acaba, porque el problema que tiene este volumen es la disparidad de calidad entre un arco y otro.
Pero vamos poco a poco, que no me quiero adelantar. Este volumen podríamos dividirlo en tres partes, tanto en temática como en calidad. Los primeros cinco tomos formarían la primera y agrupan la etapa guionizada por Remender, que sin lugar a dudas es la mejor y prácticamente imprescindible. Empezamos viendo cómo, después de los sucesos ocurridos en Advenimiento, Lobezno sigue dirigiendo su equipo de operaciones encubiertas, aunque le diga a Ciclope lo contrario. En estos números, nuestros queridos X-Force recuperan un tono clásico en el que la acción deja paso a momentos reflexivos en los que nuestros protagonistas se plantean la corrección de sus acciones; además, se recupera a un enemigo tan clásico como Apocalipsis, lo que conducirá la obra a un punto realmente interesante.
Una vez terminada la etapa de Remender, coge el relevo Sam Humphiries, y aquí es cuando el puro afán completista es lo que te hace seguir. No solo es que los nuevos miembros de X-Force hagan que el grupo pierda su identidad, sino que la anterior introspección de los personajes se convierte en una suerte de extraña paranoia que en muchos casos, a mi entender, no aportaba nada más allá de llenar páginas. Quizás destacaría el viaje que se hace por los sentimientos de Mariposa Mental como algo salvable.
A partir del tomo 8 vivimos la última encarnación de X-Force, por lo menos en este volumen. En este caso, Simon Spurrier toma el mando trayéndonos a Cable, Hope y un montón de acción, a veces sin mucho sentido, pero con muy buen ritmo. En este punto hay que reconocer que el cierre de la obra se hace de una manera muy ordenada: la historia nos conduce hacia el final, produciendo un paulatino cambio en el peso de la trama hasta llegar a una muy interesante última página que cierra este volumen y que a su vez nos plantea un curioso futuro.
Hasta ahora no he tocado el apartado gráfico y es que la verdad con autores como Jerome Opeña, Ramón Pérez, Rafael Albuquerque o Billy Tan ese no es un problema. El nivel se mantiene a lo largo de toda la obra salvo por ligeras excepciones que no son reseñables.
Como veis, más que una reseña al uso he querido contaros mis sensaciones. Ha sido un largo viaje, cuatro años en los que esta nueva reencarnación de X-force ha ocupado su espacio dentro del universo mutante y, quizás, ese sea el apartado en el que más cojea el cómic.
Mi resumen final es positivo, de hecho, en mi biblioteca la tengo archivada como una larga saga en lugar de como una serie regular, ya que en conjunto es realmente entretenida.
Espero que disfrutéis de una buena lectura, nos leemos... o no...