Con motivo del homenaje que Polonia rindió durante el año 2014 al personaje de Jan Karski, los autores Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso se unieron al culto con este particular obsequio: dar vida a Jan Karski. El hombre que descubrió el holocausto, narrando su historia en este cómic y cuidando cada acontecimiento al detalle, consiguiendo que, a pesar de lo espeluznante de los hechos, el lector quede ensimismado en cada página.
La verdad es que si conocéis la historia del personaje, o si buceáis unos minutos por Wikipedia, entenderéis rápidamente la crudeza de lo que os podréis encontrar en las viñetas de este tebeo. Es cierto que aunque para mi gusto el ritmo en ocasiones se me antoje un poco rápido de más, la lectura es apasionante y el dibujo, realmente increíble.
Para los que estéis descubriendo a Karski en esta reseña, os diré que fue un miembro de la resistencia polaca durante la Segunda Guerra Mundial, cuyo papel fue clave como informador del Gobierno polaco en el exilio, así como de los Aliados occidentales. A pesar de todo, sus testimonios fueron desatendidos, sobre todo, aquellos acerca de la situación durante la ocupación de Polonia, especialmente en la destrucción del Gueto de Varsovia y de la masacre que con total impunidad se estaba cometiendo en los campos de exterminio nazi.
Este partisano polaco tuvo la suerte de escapar de un gulag (campo de trabajo) y hasta del mismísimo gueto de Varsovia, lo que no le impidió verse en varias ocasiones en manos de los nazis y padecer las torturas de las SS. Sería más tarde, en 1943, cuando Jan Karski pudo dar mayor difusión a los horrores de la Shoah que había presenciado, denunciándolo ante el primer ministro británico Wiston Churchill y el presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosvelt.
Como os adelantaba en párrafos anteriores, el cómic es una verdadera biografía del personaje. Algo escueta, eso sí, pero realmente apasionante. Si en el guión hay páginas que por el ritmo no alcanzan para mi gusto el sobresaliente, el dibujo no defrauda nunca. Un verdadero descubrimiento el lápiz de este Bonaccorso.
¡Que disfrutéis con la lectura!
