Esta vez le toca el turno a una de las últimas novedades de Planeta del pasado año. El autor galo Pascal Rabaté se está forjando con cada obra un hueco importante en este mundillo. Si en anteriores obras ha ejercido de autor completo, en esta Ropa sucia se apoya en el dibujante semidesconocido Sebastien Gnaedig para traernos una historia de venganza que se ha ido cocinando a fuego lento durante veinte años.
¿Estamos ante una pequeña joya olvidada del año pasado? ¿O, por el contrario, se trata de una historia más de venganza que poco o nada aporta al género?
Al guionista Pascal Rabaté le han bastado una media docena de obras para convertirse en uno de los referentes del país vecino. Entre esa media docena destacan las dos en las que ejerció de autor completo: la grandiosa adaptación de Tolstoi, Ibicus (ganadora del premio Aplh-Art al mejor cómic del año de Angoulême y publicada aquí en un integral de más de 500 páginas por Glénat que es fácil encontrar saldado) y Río abajo (abalado por la crítica francesa al mejor cómic de 2007).
Influenciado por el relativo éxito de su trabajo, Rabaté probó suerte en el cine. Primero como actor y después adaptando y dirigiendo la ya mencionada Río abajo. Los dos últimos cómics que nos han llegado por aquí de este autor son dos thrillers con toques cotidianos que se leen de un tirón. Revienta, cerdo lo publicó Norma en su colección Nómadas, y la sensación que deja es bastante buena, salvo por un final un tanto extraño. Y la última es la que hoy nos trae por aquí y cuya sinopsis es la siguiente:
Pierre Martino descubre que es un cornudo. Armado con un rifle, se presenta en el motel donde su esposa y su amante se encuentran, decidido a asesinarlos, pero cegado por los celos, se equivoca y mata a la pareja equivocada. Después de veinte años entre rejas, Martino ha cumplido su condena pero no ha olvidado la traición y aún quiere su particular vendetta... en la actualidad, su ex mujer, casada con su amante vive con la familia de este en un ambiente dominado por la pobreza.
Durante las 128 páginas de la obra somos testigos del planteamiento, acecho y ejecución de la venganza de nuestro protagonista. La historia engancha y se pasa en un suspiro, dejándonos con ganas de más (como le sucede a toda buena historia).
Pero no todo son halagos; el dibujo de Sebastien Gnaedig es de lo peor que he visto en mucho tiempo. Estamos ante un dibujo en blanco y negro tosco y torpe. Revienta, cerdo tal vez contaba con un guión más irregular, pero lo suplía con un dibujo a la altura de lo que se espera de un álbum europeo, algo que no le sucede al dibujo de este cómic.
En definitiva, Ropa sucia ha servido para que me interese por el resto de obras de Rabaté y para que me aleje de cualquier cosa dibujada por Gnaedig. Si compráis las obras más por el guión que por el dibujo, esta puede ser una buena adquisición, ya que estamos ante una trama bien escrita y que avanza con rapidez, dejándonos una buena sensación, aunque también aviso que no crea un antes y un después en este tipo de historias. En cuanto a la edición de Planeta, nos encontramos ante un cómic en tapa dura con un papel de bastante calidad y a un precio un poco alto.
