Un total de nueve álbumes distan ya de aquella "misión" en la que Jean Van Hamme y Christian Denayer nos presentaban a su héroe, Wayne Shelton. Por aquel entonces ya no era un chaval, ¡pero ahora está a punto de entrar en la sesentena!
No sabemos si habrá más historias o no de este gentleman mercenario, pero lo que está claro es que este cuarto integral, que recoge los álbumes 10-12 de la saga, está avocado a demostrar si nuestro protagonista sigue en forma. ¿Lo consigue? ¡"La deuda", "100 millones de pesos" y "No return" nos esperan tras sus solapas para demostrárnoslo!
Wayne Shelton es un héroe un tanto atípico en los cómics. No voy a seguir definiéndolo aquí (ya lo hicimos en las reseñas de los primeros integrales), pero sí os diré que la tónica no es adentrarse en un cómic de aventuras y encontrarse a un protagonista que ya peina canas en las patillas.
Los autores de este personaje, Van Hamme y Denayer, no parecen preocupados por el irrefrenable paso del tiempo y las consecuencias que pueda tener en la ajetreada vida de este caballero. Cualquier álbum podría estar relatándonos su última aventura, y eso es algo que en este integral se hace más que obvio.
Wayne Shelton 4 recoge, como os decía anteriormente, los tres últimos álbumes publicados de la saga y, aunque en Francia continúa considerándose una "serie en curso", parece más que claro que el camino por recorrer llega a su fin. De estas tres aventuras que contiene el tomo, ninguna alberga grandes dosis de acción, y es más, Shelton acaba resolviendo la mayoría de sus problemas haciendo suyo el dicho que bien nos recordaba Marcus Brody: La pluma es más poderosa que la espada.
Cierto es que hemos de tener en cuenta la edad de nuestro mercenario (¡60 tacos!), pero eso es una cosa y otra bien distinta es que de los tres álbumes aquí recopilados, solo el último de ellos, No return, tome el relevo de sus predecesores con cierta dignidad. La deuda se salva por los pelos, pero no hay duda que Un millón de pesos es, de lejos, la peor historia jamás contada por Jean Van Hamme en Wayne Shelton.
Sobre el apartado gráfico, Denayer sigue maravillándonos con su pincel realista y ese don para dibujar todo tipo de vehículos; en especial, coches y camiones. Además, el hecho que el tomo tenga menos acción juega a favor del dibujante, ya que, como comentamos en otras reseñas, no es uno de los puntos más destacables de su trazo. Sin embargo, en este más que en otros, también he visto ciertas desproporciones que chirriaban a la vista, sobre todo en varias viñetas donde las manos de Shelton parecen casi de un niño de doce años.
En definitiva, un cuarto integral que, con sus más y sus menos, hemos disfrutado como todo buen aficionado a la saga en particular y a la aventura en general y, si bien la edad parece ir pesando a protagonistas y artistas (física y psicológicamente, respectivamente), se trata de un cuarto integral que debemos tener en la estantería con un evidente aroma a nostalgia... ¿Quién sabe si será el último? Lo que está claro es que, si no lo es, pasarán años hasta volver a ver a nuestro "abuelete" favorito.
La lectura enriquece el alma,
