VEN Y SURCA EL GRAN OCÉANO CON ABEL Y LOS DEMÁS TRIPULANTES; SUMÉRGETE EN ESTA AVENTURA Y DESCUBRIRÁS HASTA DÓNDE LLEGA EL MISTERIO QUE SE ENCIERRA EN LOS NAVÍOS, LOS PERSONAJES, EL ENORME MAR, Y UN PUERTO.
¡Muy buenos días!
Este mes llego navegando sin demora con el cómic de El Puerto Prohibido, de los italianos Teresa Radice y Stefano Turconi.
Estos dos autores nacieron en Italia, donde se conocieron y comenzaron a trabajar como compañeros. Sin embargo, en el viaje de contar historias juntos se enamoraron, ¡y se acabaron casando! Teresa es quien escribe las historias y Stefano es quien las dibuja. Tanto ella como él trabajaron para Disney en varios proyectos. Al investigar acerca de ellos les pude ver en fotos, y a pesar de no conocerles ¡parecen grandes personas! Deseosos de narrar historias y plasmarlas para que los demás nos deleitemos con ellas.
El Puerto Prohibido no es su primera obra, sino que trabajaron primero para la revista italiana “Topolino”, donde hicieron un gran número de historias. Entre ellas está una ambientada en los años 30, que constaba con quince episodios: “Ripio Reporter”, “Topolino e il grande mare di sabbia”, “Zio Paperone e l’sola senza prezzo”, etc. También, en 2003, apareció “Viola Giramondo”, que os aconsejo echéis un vistazo aunque sea por mera curiosidad, ¡tiene muy buena pinta!
Centrándonos ahora en El Puerto Prohibido, Este cómic tan épico como poético, nos cuenta la historia de Abel, un joven náufrago devuelto por el mar y rescatado por una fragata al servicio de Inglaterra. Sin memoria, sin pasado ni recuerdos y prácticamente solo, trata de desvelar un gran misterio y averiguar quién es y qué le ocurrió. Con la ayuda de algunos personajes conseguirá comprender y experimentar sentimientos que no creía posibles.
Este cómic no se puede encasillar en un género concreto ni para un público específico, pues es una historia tan compleja y maravillosa que nos atrapa tanto por su dibujo como por su narrativa. Esta obra está dividida en cuatro actos, y puede que en algún momento peque de ralentizar el tiempo, lo que por otro lado le da un toque poético. En cualquier caso es un detalle minúsculo, puesto que la obra en sí es tan bella que lo compensa, y nos hace saborear más lentamente la trama.
Radice es una experta en hacer que el protagonismo vaya saltando de personaje en personaje, sin importar su edad o género, y sin mezclar ni estropear sus historias personales, las que se cuentan con mucho cariño y cuidado. Cuando se comienza a leer el cómic, sientes ansias por descubrir un misterio, y a medida que te vas zambullendo en él descubres que no sólo se queda ahí, sino que también es una historia de amor. De varios amores puros y bellos, dignos de leer y observar con la mirada.
Has de tomarte tiempo para saborear y dejarte llevar por el guión, aunque en lo que al dibujo se trata, es instantáneo. No cabe duda de que lo que primero atrae a la vista son los dibujos de Turconi, que están realizados con mucha soltura, devoción y mimo. Es cierto que se puede entrever una influencia de formas animadas, pero eso no hace más que enriquecer y complementar el trabajo de la escritora. La dinámica de las viñetas es exquisita, y te enfrasca de lleno en la historia. El cuidado del ambiente, detalles, personajes, etc, es espectacular, ya que a veces con pocos elementos nos transmite exactamente cómo es el lugar o qué está pasando.
Hablando de los personajes, estos son muy numerosos, pero a su vez están minuciosamente detallados, con lo que como resultado obtenemos una gran empatía hacia ellos. Caracterizados a la perfección y realmente carismáticos, puedes vislumbrar cómo son sólo de un vistazo. Otro dato a su favor es que los personajes no son estereotipos, y tienen una evolución interesante y sorprendente.
La obra está realizada a grafito, por lo que carece de color; sin embargo, esto la dota de un toque de originalidad, y realmente le sienta de maravilla. Además, y como siempre digo, no hay que subestimar la realización de las obras, puesto que plantearse un proyecto de trescientas páginas a grafito supone un gran esfuerzo y dedicación. Sin embargo, después es exquisito el resultado.
Cuando acabé finalmente el cómic de El Puerto Prohibido, lo cierto es que me emocionó muchísimo. Este tipo de obras no me suelen atraer muy fuertemente, y sin embargo esta es toda una joya digna de admirar y tener. Me emocioné, reí, lloré, aprendí, y disfruté en sus páginas. Algo que me gustaría comentar, que en mi opinión es muy interesante y me pareció todo un detalle, es que consta de un nivel de cultura enorme, debido a la multitud de versos y poesías de grandes maestros y canciones y bandas sonoras de otros tantos artistas. Esto me parece realmente genial, porque te invitan a buscar y averiguar cosas acerca de ellos. Por último, decir que de nuevo por más que os cuente aquí, esta obra es para el deleite de la mente y los sentidos.
Así pues, me despido con un enorme GRACIAS a esta maravillosa pareja; espero que nos traigan más bellas historias con las que deleitarnos. También a la editorial Dibbuks por acercarnos este pedacito de cultura y arte. Y a vosotros por hacer que este intercambio de vida y sabiduría siga en pie.
Me despido hasta el siguiente, ¡espero que lo disfrutéis!
“Tú, niño mío, te irás de camino como la brisa sobre los lagos y las playas arenosas, bajo las rocas de antiguas montañas y bajo las nubes…”