Mi gusto por los mitos de Cthulhu es algo ya confesado, así que no era de extraña que me hiciera con este cómic de Diábolo en el que participan un total de 27 autores, cada uno de su padre y de su madre, pero con una pasión compartida por el genio literario oriundo de Providence.
¿Merece la pena este 15 Historietas de Casas Encantadas?
Si hay un lugar recurrente en el horror story ese es, sin duda, las casas encantadas. Hogares normalmente abandonados, que guardan oscuros y sangrientos secretos entre sus cuatro paredes y que, por hache o por be, los protagonistas de la historia siempre deben atravesar echándole un pulso su cordura.
Por tanto, este recopilatorio de la madrileña Diábolo ha pretendido, con éxito, reunir entre sus páginas a artistas como Alfonso Bueno, Diego Simone, David Braña, José Torres Brocal, Damián Campanario, Miguel Hernández, Álex Ogalla, Carlos Bouadí, Benito Olea, Vicente Navarro, Samuel Guerrero, Juanma Hinojosa, César Herce, Mauro Vargas, Taco Silveira, Manuel Mota, Javier Hernández, Diego Ridao, Ángel Rodríguez, Jaume Negre, Sergi Llorens, Rafa Vargas, Fátima Fernández, Ernest Sala, Cabhur, Rose Triguero o Josep Busquet para que nos contasen pequeñas historias donde el denominador común girara entorno a estos lugares malditos y el imaginario de los dioses primigenios de Lovecraft.
Aunque algunos con más acierto y creatividad que otros, lógicamente, este recopilatorio es un entretenido y por momentos inquietante acercamiento a este género de terror que tanto juego da. A veces hablamos de verdaderas mansiones de pesadilla, otras de edificios arquitectónicos emblemáticos y, otras, hasta de casas de muñecas. Todo vale con tal de sorprender al lector, oscilando entre las cuatro y once páginas por relato y alternando estilos más realistas con otros más cartoon o fantásticos, o con el color y el blanco y negro.
15 historietas de casas encantadas tiene un precio de 11'95 euros, lo que nos lleva a una conclusión: ¡cada historia nos sale a 80 céntimos! Rara vez se ven entretenimientos más baratos...
La lectura enriquece el alma,