¡No faltamos a nuestra cita mensual con El Mercenario!
Este mítico personaje de Vicente Segrelles no deja de vivir aventuras y, de un álbum a esta parte, hemos de decir que parece haber cambiado el tablero sobre el que jugábamos...
Con Año mil. El fin del mundo, nos encontramos ya ante el octavo número de esta saga que Ponent Mon nos está trayendo en un formato de lujo, y en este sentido me parece importante resaltar dos detalles (uno de los cuales ya lo anunciaba en la cabecera): el trazo de Segrelles se mantiene casi idéntico al de aquel Pueblo del Fuego Sagrado (primer número, reseñado AQUÍ), frente a esa aventura "científica", repleta de detalles y exhaustivas explicaciones, que sí ha evolucionado hasta convertirse en una trama más fantástica, en donde, quién lo iba a decir, se dan cita "cuentos de hadas", seres mitológicos, ciudades postapocalípticas y hasta una particular visión del fin de la Tierra.
Este octavo número nos presenta a algunos personajes que parecen "destinados" a volver a cruzarse en el camino de nuestro protagonista, y ahonda ligeramente en los orígenes de la misteriosa Orden del cráter, no sin dejarnos, como de costumbre, con ganas de seguir disfrutando del arte de este virtuoso catalán.
Tras ocho números, podemos afirmar que El Mercenario sigue siendo un cómic que parece compuesto por una multitud de pequeños cuadros y lienzos, dando vida a las palabras con las que lo presenta Federico Fellini: "Un cómic bellísimo y grandioso que restituye la emoción, la maravilla y el placer de contemplar imágenes".
La lectura enriquece el alma,