Ponent Mon se ha propuesto traernos todas las obras del autor francés Nicolas de Crécy.
Si hace unos meses sorprendía con un maravilloso integral que recopilaba todos los álbumes de Salvatore, esta vez nos trae La república de la lucha, una curiosa obra de uno de los autores más originales y llamativos dentro de la bande dessinée. Vamos a intentar hablar sobre su argumento, aunque no va a ser tarea fácil.
Mario, vendedor de pianos, disfruta escuchando las sonatas que interpreta magistralmente su amigo el pingüino mientras sueña con su amor platónico: una estrella del pressing catch a sueldo de La República de la Lucha, la organización que lidera su sobrino Enzo.
Pronto, todo su mundo se vendrá abajo al descubrir que su propia familia pretende acabar con él.
Al leer la sinopsis ya podemos pensar que no estamos ante una historia al uso, sino que nos encontramos ante algo bastante extraño, por lo que debemos ir advertidos para el viaje que nos propone De Crécy, porque de otro modo no le vamos a ver ningún sentido a nada y puede que no nos guste demasiado el trayecto.
He de decir que el cómic lo he disfrutado y me lo he pasado realmente bien mientras devoraba sus páginas, hasta llegar a la última y descubrir un avance del álbum con letras japonesas. Entonces todo empieza a cobrar sentido, y es que La República de la lucha es una obra encargada por la revista japonesa Ultra Jump. Por lo tanto, el autor francés realizó este cómic como si de un manga se tratara, lo que conlleva cumplir unos plazos muy alejados con respecto a la BD europea. Esta influencia japonesa se nota tanto en el ritmo endiablado de la historia como en el dibujo, que parece realizado con prisa y a medio terminar.
Pero la verdad es que el dibujo encaja a la perfección con lo que nos está contando, y me encanta el estilo de De Crécy (ambientaciones y paisajes que parecen reales poblados por personajes caricaturescos), aunque bien es cierto que a este particular estilo el color le sienta de maravilla y al estar en blanco y negro pierde un poco.
En cuanto a la historia, decir que se trata de una sucesión de persecuciones y escenas surrealistas pero con una trama que lo mueve todo. Es una especie de Jo, qué noche, pero con pingüinos y a ritmo de piano. Por poner un pero, tal vez se ha quedado corto con la idea de la lucha y de una sociedad muy influenciada por los torneos estilo pressing catch, que al final se queda en una idea curiosa necesitada de más desarrollo.
En definitiva, La República de la lucha es una obra claramente influenciada por el manga, pero realizada por uno de los autores más originales y peculiares de la BD francesa, por lo que hay que estar muy ciego para dejar pasar semejante cómic.
