Los aficionados al cómic franco-belga estamos de enhorabuena con la adquisición de los derechos de Spirou por parte de la editorial Dibbuks. Si hace poco nos trajo el décimo tercer integral de la serie regular en una edición espectacular, ahora nos trae el sexto número de las aventuras del botones que realizan autores conocidos y que está fuera de la serie principal.
Dibbuks se estrenó dentro de estos especiales con el Botones de verde caqui, que ya reseñamos por aquí. En esta ocasión nos trae una historia que volverá a hacer las delicias de todos los seguidores de Spirou, Fantasio y Spip.
El Moustique Hotel ha sido vendido a un nuevo grupo empresarial que quiere reorganizarlo por completo y nuestro amigo Spirou es destinado como botones a un trasatlántico de lujo. A bordo, Spirou se encontrará con su amigo Fantasio que subió al barco por accidente, a su ardilla Spip que le meterá en más de un problema y al conde de Champiñac que, cómo no, está realizando una investigación sumamente importante.
Estamos ante una historia de Spirou bastante ligera, llena de situaciones alocadas, absurdas, ridículas y con una estética retro. El cómic se lee del tirón y se disfruta como pocos. Además, recuperan para la ocasión al científico Sprtchk (ahora daría lo que fuera por ver la boca de todos al intentar leer este nombre) que fue creado por Frankin, convirtiéndose en una de las piezas claves de esta aventura, gracias a sus inventos y a la curiosa utilización de los mismos.
En cuanto a los autores, poco se puede decir de Lewis Trondheim, uno de los autores más importantes de la BD sin lugar a dudas. Creador de la serie La mazmorra, cuenta además con varias obras autobiográficas en las que aborda los pormenores de los guionistas de cómics. En cuanto al dibujante Fabrice Parme, era un total desconocido para el que suscribe estas líneas, pero la verdad es que su dibujo cartoon y con un toque retro me ha maravillado, por lo que estaré pendiente si salen más cosas de este autor por aquí.
En definitiva, este tomo de Spirou debe ser un fijo para todos los que buscan una lectura ligera y divertida. Los seguidores del botones tienen otra obra más con la que ir llenando poco a poco la estantería y los que no le han dado aún una oportunidad no sé a qué están esperando, porque la labor de Dibbuks está siendo encomiable y las ediciones elegidas tanto para estos especiales como para los integrales son una pasada.