Tras su trabajo en Estación 16 (reseñado AQUÍ), padre e hijo se vuelven a reunir para contarnos una nueva historia en 56 páginas.
Si en uno nos hablaban sobre agujeros negros y saltos espacio-temporales al estilo Donnie Darko, en Redención se adentran en el western de redención y venganza.
Hace algo más de un año que hablamos de Estación 16 por aquí, y lo cierto es que el álbum, pese a su brevedad, nos dejó una muy buena sensación. Yves Hermann ponía el guión a un cómic que bien podría haber tenido el triple de páginas, y lo desarrollaba con gran soltura y oficio, haciéndolo (en cierto modo) accesible al gran público. Como colofón, los lápices de su padre, una leyenda viviente, ponían la guinda al pastel.
Sin embargo, y muy a mi pesar, no puedo decir lo mismo (ni de lejos) sobre el cómic que hoy nos ocupa: Redención. Este western es lo más parecido a un quiero y no puedo, víctima, en gran parte, de su exigida brevedad. No sé si es porque no se puede pretender contar una historia de venganza y redención en escasas 50 páginas y pretender que el lector empatice con los personajes, pero la cuestión es que el cómic hace aguas por sus cuatro costados; bueno, por tres, dado que Hermann padre dibujar sabe un rato.
Tampoco me atrevería a llamarlo pretencioso, pero sí es cierto que esa historia que nos prometía la sinopsis se queda más bien en un relato sobre un tipo sin escrúpulos, garra ni fondo. No entiendo muy bien qué nos quería contar la pareja Hermann con Redención y, siendo franco, ni siquiera sé si merecía la pena...
¿Del cielo al infierno?
La lectura enriquece el alma,
