Las editoriales independientes americanas, vamos que no son ni Marvel ni DC, no hacen más que darnos alegrías. Su clara apuesta por los cómics de autor está dando como resultado obras magníficas y Lady Killer es, sin lugar a dudas, una de ellas.
He de confesaros que esta obra se me había pasado. En la vorágine de publicaciones mensuales es normal que ocurran estas desgracias, pero, por suerte, para eso está tu librero, y es que fue en una de las redes sociales de mi librería de cabecera Mazinger Gijón donde vi su recomendación, y solo con ver la portada me enamoré de este cómic.
La historia nos traslada a la América de principio de los años 60, ya sabéis, JFK, las familias de 2’5 hijos, los barrios residenciales y las mujeres como amas de casa y poco más. En este contexto nuestra protagonista conjuga su vida de amante esposa, ama de casa y madre con otras actividades un poco más violentas. En este punto seguramente pensaréis que ya os sabéis la historia de memoria y no os lo voy a negar, pero parafraseando a mi librero, “no cuenta nada nuevo, pero lo que cuenta lo cuenta tan bien...” y es que estamos ante una obra que es un puro espectáculo visual y narrativo.
El dibujo de Joëlle Jones se combina con el color de Laura Allred creando un estilo muy especial y que, sin caer en exceso en el gore, transmite la violencia necesaria para que te impacte y percibas claramente la acción. Destaca sobre manera como Joëlle nos muestra las diferentes actitudes y personalidades que nuestra protagonista adquiere según esté en su casa o haciendo uno de sus trabajos. Otro hecho remarcable es la ambientación; en obras como esta, en las que “cuando” y “donde” se convierten en unos personajes más del cómic, es necesario que el autor dedique su tiempo a cogernos de la mano y llevarnos al sitio correcto y, en este aspecto, el tándem Jones / Allred tampoco decepciona, creando una atmósfera que te hace meterte en la historia y no te deja salir hasta que la terminas.
Como veis, apenas he hecho referencia al guión. El tema es que este es, sin duda, el punto más flojo de la obra. Incluso con la ayuda de Jamie S. Rich, Joëlle Jones nos presenta un tebeo lineal que no dejan de ser cinco capítulos, que pueden funcionar casi perfectamente en solitario, unidos por un pequeño hilo conductor que, en realidad, poco te importa. Como os dije al principio, esta obra no cuenta nada nuevo, pero en torno a esta historia simple Joëlle Jones crea un festival visual totalmente adictivo.
El cómic consta de 136 páginas, dato que tuve que revisar varias veces porque es tan absorbente que parece que hayas leído una grapa, siendo, como en la mayoría de los casos, la traslación del TPB publicado originalmente por Dark Horse con la salvedad de que Panini lo edita con una encuadernación cartoné que, sinceramente, le sienta muy bien.
La calidad de esta obra queda patente no solo al primer vistazo, sino también por las cuatro nominaciones a los premios Eisner que ha recibido, mejor serie limitada, mejor dibujante/entintador, mejor colorista y mejor portadista. Como veis, esto refuerza el hecho de que el apartado gráfico es la parte fuerte de esta obra, por lo que os recomiendo que os acerquéis a vuestra librería, la cojáis, admiréis la portada, abráis una página al azar y, si os gusta lo que veis, llevárosla a casa para disfrutarla en vuestro mejor sillón.
Espero que disfrutéis de una buena lectura, nos leemos... o no...
Pau R. @PauTuitter