Ponent Mon sigue publicando por estos lares la obra del francés Nicolas de Crecy. Si hace poco hablábamos de La República de la Lucha (una obra realizada en Japón como si de un manga se tratara, pero con elementos y un dibujo propios de la BD), esta vez le toca el turno al integral de Salvatore, probablemente una de las grandes obras de De Crecy y la mejor puerta de entrada a su particular universo.
Bueno, antes de nada voy a decir una afirmación, quizás un poco precipitada teniendo en cuenta que solo he leído dos obras de este autor, pero: NICOLAS DE CRECY ES EL MEJOR AUTOR QUE HA DADO EL CÓMIC EUROPEO. Y dicho esto, paso a argumentarlo con la reseña de este Salvatore.
Salvatore es un perro que se dedica a la mecánica y tiene un objetivo en la vida: volver a reunirse con su amor. Para ello, está construyendo un coche (estilo Chiti Chiti Bang Bang) formado por piezas exclusivas de otros vehículos. Una de estas piezas la toma de una clienta que acude a su taller por fruto del azar. La clienta en cuestión se trata de la cerda Amandine, embarazada y miope que va a dar a luz en cualquier momento. De Crecy nos cuenta dos historias paralelas: por un lado, el viaje de Salvatore y su particular acompañante, y por otro el de Amandine y la búsqueda de uno de sus hijos (el cual se pierde cuando da a luz en un parto bastante extraño).
Esta obra es un divertimento de su autor. De Crecy se dedica a crear situaciones variopintas que nos producirán una sonrisa constante durante su lectura, creando por el camino tres personajes entrañables que recordaré siempre. Además, como todas las buenas obras, el autor francés utiliza este particular mundo para criticar con sutileza varios aspectos de la sociedad.
En cuanto al dibujo, no tengo palabras para definir el trazo de este autor. No me queda otra que remitiros a las imágenes y que cada uno piense lo que quiera. A mí, particularmente, me encanta este estilo tan personal y confirma las sospechas que tenía al leer La República de la Lucha: el color le sienta de maravilla.
Dicho todo esto, algún pero tenía que tener este cómic, y es que Salvatore es un cómic incompleto que su autor ha dejado inacabado. Aunque a decir verdad, al leer el integral no me ha parecido mal no conocer el final, y es que me parece bien pensar que Salvatore sigue viviendo aventuras, cosa que no pensaría si hubiera leído un punto y final a su odisea.
En definitiva, Salvatore es la segunda obra que leo de su autor y la segunda vez que consigue sorprenderme y maravillarme, de ahí mi afirmación al principio de la reseña. En cuanto a la edición de Ponent Mon, decir que está a la altura y nos recopila todos los álbumes en un tomo en tapa dura que ojearé y releeré en más de una ocasión.