Todos sabemos que los autores Trillo y Mandrafina son dos grandes del medio. Esta idea la tenemos, o bien por lo que hemos podido leer sobre ellos, o bien de oídas, pero no de primera mano, ya que sus obras fueron publicadas por aquí hace unos años y ahora no son tan accesibles ni fáciles de encontrar. Gracias a ECC y al cómic que nos trae hoy por aquí podemos comprobar en primera persona que estamos ante dos genios.
La verdad es que ECC está siendo bastante criticada por el fandom en general con la publicación de material de DC en nuestro país. Porque arriesgan poco (publicando cosas que hace poco ya trajo Planeta), traen demasiadas cosas de Batman, o no se acaban de atrever con material clásico. Pero, en cambio, la labor que está llevando a cabo con sus otras líneas me parece encomiable. La gran patraña es una buena muestra del buen trabajo de la editorial. Un cómic que seguramente habrá pasado fácilmente desapercibido entre la maraña de novedades con las que todas las editoriales nos bombardean cada mes, pero que a poco que le demos una oportunidad y nos lo llevemos a casa, nos sorprenderá como una de las lecturas más refrescantes y divertidas que podamos tener.
La historia arranca de la forma más típica dentro de la serie negra. Vemos una mujer despampanante que entra en un local (bastante mejorable) y pregunta por Denaldo Reynoso (un ex-policía caído en desgracia por atreverse a realizar su trabajo en la república bananera de La Colonia). Hasta aquí tenemos una historia mil veces vista: mujer en apuros que solicita los servicios de un ex-policía/detective en horas muy bajas. Conforme vayamos pasando las páginas veremos que la cosa se empieza a enredar y comienzan a aparecer otros personajes importantes en el desarrollo.
El guión está deliciosamente escrito y magistralmente desarrollado y resuelto, pero lo que más me ha sorprendido es la forma de narrarnos los acontecimientos, ya que Trillo se apoya en tres narradores que aparecen a lo largo de la historia e interactúan con nuestros protagonistas. Este toque le da un aire desenfadado y original que la verdad no me esperaba, ya que pensaba que iba a ser una historia de género más seria y típica.
Del dibujo poco puedo decir que no veáis vosotros mismos. Mandrafina desborda talento por los cuatro costados, con un dominio de las sombras espectacular. Lo mejor que se puede decir del dibujo es que está a la altura del guión y viceversa, formando un todo que dentro del género negro es difícilmente superable.
En definitiva, un cómic que recomiendo mucho y que ganó en 1999 el premio al mejor guión en Angoulême, aunque probablemente lo hubiera ganado cualquier año que se hubiera presentado. Una grata sorpresa y en una edición bastante cuidada, aunque no entiendo bien el cambio de título, ya que el título original de Cosecha Verde servía para homenajear a uno de los padres de la novela negra: Dashiel Hammett. Este título al parecer fue cambiado por los editores en su momento sin ningún sentido aparente, salvo el de considerar que los lectores no iban a saber apreciar este homenaje, pero quitando este problemilla de despachos, La Gran patraña o Cosecha verde es un cómic sobresaliente se mire por donde se mire.