En el último Salón del Cómic de Barcelona el autor gallego aprovechó para presentarnos su última obra. Esta vez, Miguelanxo aprovecha un acontecimiento real para tejer un thriller oscuro con toques sociales que harán las delicias de todos los aficionados al género y a su autor.
Pasamos a desgranar esta obra adelantando que me ha parecido una muy buena lectura.
Miguelanxo Prado ha explicado en las entrevistas que ha concedido con motivo de Presas fáciles cómo se orquestó esta historia. El germen fue una noticia aparecida en el periódico en la que se relataba el suicidio de un matrimonio de ancianos como consecuencia del inminente desahucio que iba a llevar el banco. El autor sintió tanta rabia e impotencia que desembocó en el cómic que nos trae hoy por aquí. El cómic arranca con un matrimonio de ancianos que se suicida, para seguidamente contarnos cómo comienzan a surgir cadáveres de personas cuyo nexo en común es que todos ocupan algún puesto de trabajo en diferentes bancos.
Estamos ante un thriller en toda regla. Tenemos un misterio y un posible asesino en serie, además de una pareja de policías que investigan el caso. Miguelanxo domina a la perfección los tiempos y nos va dando las dosis necesarias de información para mantenernos enganchados y con ganas de saber el final.
Presas fáciles mantiene un equilibrio casi perfecto entre el thriller y la crítica social. La verdad es que esa crítica social daría pie para extenderse sobre algunos problemas de este país analfabeto y enfermo, cuya única bandera que representa a todos sus ciudadanos es la de la envidia y la corrupción, pero solo voy a hablar del cómic sin meterme en camisa de once varas.
En cuanto al dibujo, poco queda decir ya del arte de Miguelanxo, autor que lleva años siendo un referente y con un estilo propio y característico. La verdad es que su dibujo gana mucho con su particular forma de colorear, por lo que al ver que era en blanco y negro me mostré algo reacio. Ha sido al leer la historia cuando me he dado cuenta que no podía ser contada de otra manera. No estamos ante una historia colorida con toques fantásticos (como en su maravillosa Ardalén), sino ante algo gris donde no hay cabida para el color. Sigo pensando que ver un cómic dibujado por Miguelanxo Prado es un lujo y cada obra que saca debería ser un acontecimiento, porque estamos ante un artista con todas las letras.
La edición de Norma es la misma que viene usando en la publicación de sus últimas obras, de hecho Presas fáciles es la número 17 dentro de la colección que la editorial le ha dedicado al autor gallego. Nos encontramos con un tomo en tapa dura y con un papel de mucha calidad; además, al principio contamos con unas "instrucciones de uso" (que nos pone un poco en antecedentes) y al final bocetos sobre la creación de los protagonistas. El problema es que se ha colado un poco con el precio: 20 euros por un cómic de unas 90 páginas en blanco y negro es algo excesivo, y más cuando este mes la misma Norma ha sacado Los dientes de la eternidad a 25 euros con más de 200 páginas y a color, por lo que es evidente que ha inflado un poco el precio aprovechando el tirón de su autor.
Bueno, tras el baile de números, solo me queda recomendar Presas fáciles como una de las lecturas más satisfactorias de lo que llevamos de año, de uno de los autores más importantes que ha dado este país.