Parto de que el western es uno de mis géneros favoritos en cualquier medio, por lo que me parece una gozada poder acceder a tantas propuestas que voy descubriendo poco a poco. En este blog escribí sobre Buddy Longway que, como Trent, es un cómic diferente por la profundidad y originalidad del personaje y el particular enfoque en sus tramas.
Los autores, bien conocidos en este blog por sus cómics de ciencia ficción, son Rodolphe y Leo, que todo lo que tocan lo hacen bien y con un estilo propio y diferenciado. Concretamente, como dúo son los artífices de las series Kenia, publicada por ECC y reseñada en este blog AQUÍ y Namibia, que está pendiente de publicarse en España.
Trent es el “príncipe valiente del western”, con su amada particular –Agnes- y una entereza y honestidad a prueba de fuego. Como sargento de la policía montada de Canadá, viste de impoluto uniforme rojo y negro, y a lomos de su caballo con un perro como compañía cumple las diversas misiones que le son encomendadas, con el debido oficio y rigor, salvo algún confesable desliz con una preciosa ladrona con “principios”, porque nuestro héroe no es de piedra.
A lo largo de los álbumes que Ponent Mon ha editado en tres integrales preciosos, vamos descubriendo que ha sido abandonado por una prometida que le persigue en sueños, que se obsesiona con Agnes desde que la conoce y que, si bien su oficio le obliga a la acción de la que jamás huye, es amigo de reflexionar y de sumirse en ensoñaciones. Es un personaje del que por obra y gracia de sus creadores conocemos sus pensamientos y motivaciones, y es tal la empatía que genera, que quieres a toda costa que los planes le salgan bien, y es que el tipo se lo merece.
La acción transcurre fundamentalmente en una Canadá fría de inviernos inhóspitos y paisajes agrestes y abrumadores, pero también hay sitio para pueblos de mineros, ciudades e interiores perfectamente recreados. Así, asistimos entre otros argumentos a: la búsqueda del hermano de Agnes y en otro tomo a la de su marido desaparecido en la construcción de un tramo de vía de tren, a las peripecias de un asesino poeta, del pistolero más rápido del Canadá o a la historia de supervivencia de un pequeño indio que nuestro héroe encuentra abandonado. Destacan la imagen favorable de los indios en su lucha frente al ambicioso hombre blanco y la confrontación entre el desarrollo y la naturaleza que se desprende en varios álbumes.
Respecto al dibujo de Leo de corte realista, en tamaño original gana muchos enteros y no tiene mucho que envidiar a vacas sagradas del dibujo que todos tenemos en mente. Es meticuloso y detallista hasta el extremo, borda los paisajes, edificios, animales y logra a mi parecer, sobre todo en el rostro y gestos del protagonista y otros personajes masculinos, una contenida expresividad muy difícil. Las protagonistas femeninas son tan guapas y de rasgos tan perfectos que parecen sacadas de un cómic...
No queda sino recomendar esta colección que los autores han finalizado (para disgusto de sus seguidores) a cualquier aficionado al western y las buenas historias.