¡Sorpresa! No acostumbro a reseñar este tipo de tebeos, y menos aún cuando se trata de uno de los guionistas al que más se le va la olla del mercado, Garth Ennis; sin embargo, este Soldado desconocido tuvo algo que me llamó la atención... ¿acertó mi instinto?
En la variedad está el gusto, como diría aquel, ¿no es verdad?
Hoy me encuentro reseñando el último cómic que nos ha traído ECC del polémico guionista irlandés, El soldado desconocido, una historia sobre patriotismo, corrupción, mentiras y las consecuencias del deber por el deber.
Durante la Segunda Guerra Mundial, un agente encubierto anónimo se encargaba de hacer lo que el resto era incapaz. Era conocido como el Soldado desconocido y, bajo sus botas, yacen los asuntos más turbios de EEUU, algunos de los cuales tienen la capacidad suficiente como para hundir a la primera potencia mundial de un plumazo.
40 años más tarde, el agente de la CIA Willian Clyde recibe una información clasificada que le da ciertas pistas sobre el paradero de este misterioso soldado, unas pistas que parecen querer desenterrar a los antiguos fantasmas del pasado...
No me negarás que la trama es llamativa, ¿eh? Ennis teje una historia con las dosis justas de intriga para entretener al lector y mantenerlo en vilo, aunque muy posiblemente el final no esté a la altura de la expectativa. Estamos ante una trama ya contada y re-contada a la que el guionista, en su faceta más comedida, le imprime un ritmo bastante lineal, repitiendo la pauta de la concadenación de pistas sin descanso hasta el esperado desenlace.
Por su parte, Kilian Plunkett firma un apartado gráfico aceptable junto al colorista James Sinclair, aunque ninguno logra resaltar la historia sobremanera.
¿Es un cómic entretenido? sí, ¿aporta algo nuevo? desgraciadamente, no. El tema de la corrupción en el poder y de los inconfesables secretos ocultos bajo el sello Top secret está demasiado visto como para revisitarlo sin darle ninguna vuelta de tuerca.
La lectura enriquece el alma,