Avery quiere ser un bluesman, pero no uno cualquiera. ¡Quiere ser el mejor bluesman de todos los tiempos! Y está dispuesto a pactar con el mismísimo diablo si hace falta para conseguirlo, pero... ¿cuánto pesa su alma?
Dibbuks nos sorprendía hace unos meses con este título de dos autores de nuestra tierra, Angux (su primera historia larga) y Núria Tamarit (Duerme, pueblo), esta última ya conocida por estos lares gracias a La Cúpula, y me da a mi que empezando a ser alguien más que una "conocida" en nuestro país... ¡y no llega ni a los 25 años!
Avery's Blues es un cómic con bastante buen gusto, por decirlo así, y que, muy a mi pesar, vuela demasiado rápido entre las manos. Aunque esa rapidez es algo pretendido, el ritmo del álbum da para esconder un par de gratas sorpresas que logran ese giro argumental que tanto refresca un argumento a priori llamativo, pero un tanto lineal en su desarrollo.
Por su parte, el tono del guión, un tanto tenebroso y mordaz, casa a la perfección con el dibujo de Núria, más caricaturesco, animado y culminado con una paleta de colores oscuros y esbozados. Ese contraste entre una trama tétrica y un dibujo más tirando al cuento infantil creo que funciona como un reloj, como ya demostraran Joaquín Rosado, Víctor Araque y Rocío Estepa en El código del ciempiés.
Por mi parte, poco más resta que decirte, querido/a lector/a. Este es uno de esos cómics del pasado año que no debería perderse entre la "maleza" de novedades mensuales.
La lectura enriquece el alma,