Después de reseñar las anteriores entregas de Los Proyectos Manhattan, es un auténtico placer traeros este tomo seis que, en principio, cierra la colección, lo que supone que vamos a tener un espacio en nuestras carteras para ponernos con otra serie, lo que siempre es interesante.
En este tomo seguimos disfrutando del mismo equipo creativo formado por Jonathan Hickman, Nick Pitarra y su inconfundible estilo que casi podemos considerar un ente independiente. Hickman ha decidido cerrar Los Proyectos Manhattan con una miniserie que es la que íntegramente conforma este tomo 6 y que enlaza directamente con el tomo anterior, llevándonos al espacio profundo para descubrir más del universo que envuelve esta loca historia.
El tomo anterior había dejado cerradas, más o menos, las historias del coro de protagonistas, de todos menos de nuestros amigos Yuri (Gagarin) y su compañera Laika, que en diferentes momentos se habían quedado perdidos por el espacio e incluso veíamos como Laika había adquirido una forma humanoide… Nuestra historia acontece un tiempo indeterminado después en el que, por casualidades del guión, Yuri y Laika se encuentran y han de llevar a un extraño pasajero en su nave sorteando las fuerzas de un, aún más extraño, Imperio Consejo Científico que querrá detenerles… sí, he dicho Yuri y Laika, no Han y Chewbacca, esa es otra historia, ¿o no?
Como habéis leído la historia en su base no es muy original, pero ya conocemos a Hickman y sabemos que lo suyo no son las historias ordinarias. El universo que rodea a nuestros protagonistas es un locura, el trasfondo del Consejo Científico está al mismo nivel maniático que el resto de los tomos que nos han llevado hasta aquí, un trasfondo que por desgracia no terminamos de explorar, lo que nos va a dejar un poco de desazón, eso sí, una desazón muy rica con un sabor picante y agridulce al final.
Pitarra da la sensación de haber relajado su estilo en este tomo, bajando el número de “arrugas” por página de una manera notable y consiguiendo un trazo más amable pero que a los que estamos acostumbrados al “pitarrismo” extremo nos puede resultar un poco chocante y caricaturesco en algunos momentos; por supuesto, esto no es un gran problema ya que un Pitarra rebajado sigue siendo mucho Pitarra.
La edición no propone ninguna novedad respecto a los tomos anteriores lo que hace que la colección en sí conforme un buen paquete en nuestras estanterías; es decir, la acostumbrada edición en rústica sin solapas y con un precio de 14,95€.
Obviamente si habéis llegado hasta este tomo tenéis que rematar la historia, si es la primera vez que os topais con Los Proyectos Manhattan os invito a leer mi reseña de los cuatro primeros tomos y del quito, así podréis decidir si queréis introducirlos en la obra más loca de Hickman y Pitarra.
Espero que disfrutéis de una buena lectura, nos leemos... o no...