Bueno, bueno... esta ha sido una de mis últimas lecturas durante las pasadas vacaciones de Semana Santa y, la verdad, me esperaba otra cosa.
¿Que defina "otra cosa"? ¡Con mucho gusto!
A simple vista, Los campeones de Albión parece una historia entretenida, desenfadada y sin grandes quebraderos de cabeza más allá de una aventura juvenil con alguna que otra referencia histórica; no en vano, sus protagonistas son grandes personajes que nos ha regalado la historia, aunque en su forma antropomórfica: El Cid campeador, Ivanhoe, Fifrelin, Spring-Heeled Jack, Puck y la última incorporación y personaje de mayor peso en este primer número, Robyn.
He dicho que me esperaba otra cosa y, desgraciadamente, lo decía negativamente. Este álbum, obra de Djian, Legendre, Arranz y Moreau, roza por momentos la línea infantil, con unos diálogos faltos de interés y cuerpo y que corren que se las pelan en según qué secuencias. Como ejemplo, la propia sinopsis. Normalmente esta suele contar de qué va el álbum y, muy ligeramente, el desarrollo del mismo, pero lo que uno no espera es encontrarse con que hace referencia a las primeras páginas del cómic, qué digo, ¡a las tres primeras páginas del cómic!
Todo sucede muy rápido, a lo que para nada ayuda que los diálogos estén pensados para chavalillos que aún frecuentan el cole. Eso sí, el apartado gráfico, pese a ser acorde al tono del guión, es destacable en la medida en que la paleta de colores planos lo permite.
Lo dicho. No es que sea mejor o peor; simplemente, su "público objetivo" tiene algo así como quince años menos que un servidor, servidor que aún no alcanza la treintena, dicho sea de paso.
La lectura enriquece el alma,