¡Tesoros ocultos de ayer y de hoy!
A.D.A. es un cómic que editó Dibbuks hace una década y que, por las peripecias del destino, se cruzó conmigo en uno de los últimos salones del cómic al que fuí -sí, sorprendentemente lo encontré entre merchandising, manga y superhéroes por doquier-. ¡Y por 5 lereres!
¿Aventura y arqueología de línea clara?
A.D.A. es uno de esos cómics que reúne las dos características que más me motivan cuando estoy rebuscando entre los cada vez más escasos stands de cómics de segunda mano: que sea desconocido para mí, que tenga ya un tiempo y que, por supuesto, me entre por la vista, y créeme, ¡esta portada relucía en mis ojos como un diamante! ¿A qué amante de Indiana Jones y todos sus esbirros no le gustaría una aventura arqueológica gráfica? ¡Habría que estar loco, por favor!
Estos "detectives de la antigüedad" que visten un look muy cartoon y europeo son obra de Vanloffelt, Hautière y Lapone, pareja esta última a la que ya hemos visto antes con Dibbuks en Adam Clarks (reseñado AQUÍ).
La editorial madrileña recopila en este tomo las dos aventuras de historias autoconclusivas -aunque relacionadas- que transcurren en el Antiguo Egipto y en Méjico, y que nos llevan tras la búsqueda de restos arqueológicos malditos y tumbas de emperadores dorados, todo ello con un tono muy ágil, desenfadado y no exento de sarcasmo en plena década de los años 50.
No solo me divertí leyéndolo, sino que apostaría una mano a que los autores disfrutaron tanto como yo creando cada escena, en donde ese toque humorístico y más de uno y dos guiños inteligentes se suceden de un modo completamente natural.
Si te cruzas con él en algún puestecillo comiquero, no lo dudes y llévatelo a casa. Es un pequeño tesoro.
La lectura enriquece el alma,
Si te cruzas con él en algún puestecillo comiquero, no lo dudes y llévatelo a casa. Es un pequeño tesoro.
La lectura enriquece el alma,