¡Una cosa está clara!
Estoy seguro que no has visto a un Sherlock Holmes como el que nos plantean en esta historia los artistas Sylvain Cordurié, Stéphane Bervas y Eduard Torrents. ¿Hace una de zombies?
El guionista Sylvain Cordurié llegó a nuestro país hace unos años de la mano de 001 Ediciones, y ya lo hizo con el mítico personaje de Sir Arthur Conan Doyle bajo el brazo. Por aquel entonces, nuestro único detective consultor del mundo tuvo que enfrentarse contra "vampiros" en Londres y el famoso Necronomicón. Parece que la esotérica experiencia fue más que positiva para el artista, el cual no ha dudado ahora en inmiscuir a Sherlock, su inseparable Watson y el hermano mayor de aquel, Microft, en una trama de oscuros experimentos, epidemias por encargo y tipejos deseosos de obtener el poder sobre la vida y la muerte.
Lo primero que llama la atención de este primer álbum es la presentación de personajes. Para bien o para mal, muchos de nosotros tenemos ya una imagen prefabricada de esta pareja de héroes, en la que normalmente Holmes va muchos pasos más allá y Watson le pone el punto más humano a las tramas, actuando como "guía" entre el lector y las pesquisas del inalcanzable detective. Sin embargo, en Sherlock Holmes Society nos encontramos a unos personajes que difieren bastante de esa imagen creada a través de las novelas de Doyle, las películas dirigidas por Guy Ritchie o el, para mi, insuperable Benedict Cumberbatch. El Sherlock Holmes que nos plantea Cordurié es seguramente el "menos genio" de todos los que hemos visto antes, un detective excepcional pero al que, inexplicablemente, se le puede seguir sin la ayuda de su (traductor) Watson. Por esto, tal vez sea también el más realista, de haber sido de carne y hueso. Alguien tremendamente bueno, pero también alguien al que se le pueden anticipar o pillar por sorpresa en algún momento.
El cómic, pese a su correcto desarrollo en este primer tomo, tiene un pero acrecentado por la inevitable comparación: el apartado gráfico. Este primer integral de Yermo recoge dos álbumes, uno ilustrado por Stéphane Bervas y otro por el español Eduard Torrents, y no es por tirar para casa, pero este último es un artista bastante más completo. No hay más que comparar la expresividad en los rostros de uno y otro, punto en el que Bervas flaquea y mucho -me chocó bastante el hecho de que apenas dibuja a los personajes con la boca abierta cuando hablan, lo cual resta bastante animación a los rostros-.
Dicho todo esto, amigos, Sherlock Holmes Society nos plantea una entretenida investigación y, sobre todo, una a la que para nada estamos acostumbrados cuando se trata del detectivie number one del mundo conocido. ¿Cómo, que Holmes y su querido Watson por fin se enfrentan a un caso que parece superarles -y, además, mantiene el interés del lector-? Esto no puedo perdérmelo. ¡Termina en el siguiente volumen!
La lectura enriquece el alma,