El Festival de la isla de Wight.
Un festival de música del que se llegó a decir superó las cifras del de Woodstock en su edición de 1970. Jimi Hendrix, Leonard Cohen, The Doors, Supertramp, Miles Davis, The Who... grandes estrellas se reunieron allí en la época dorada de los hippies.
Entre todos los asistentes, el padre de nuestro prota. Hoy, 40 años después, su legado tras el entierro es un llamamiento a su hijo: Ulysse, revive aquel, mi viaje. Piérdete, y te encontrarás.
El largo y tortuoso camino, del desconocido para mí Christopher, y el ya asiduo Rubén Pellejero (Corto Maltés, Dieter Lumpen, Un poco de humo azul).
Este cómic nos propone un viaje de introspección y aventura, recorriendo la geografía francesa hasta ir a parar a la británica isla de Wight. Para que nos hagamos una idea aproximada, la isla hoy día cuenta con unos 150.000 habitantes, y las cifras de asistentes del Festival de 1970 superaron los 300.000, según los promotores -¡¡¡qué fuckin' pasada!!!-.
He de reconocer que el cómic que hoy me ocupa me atrapó desde que vi su portada. Te traslada directamente a esa época de Peace&Love, con esos pastelosos colores y una absoluta protagonista, símbolo de libertad y de toda una época -y hasta de filosofía-: la Volkswagen Combi.
Pero el tema está en que, tras esa sugerente portada, se esconden más de 180 páginas en las que seremos testigos de la evolución de un protagonista (Ulysse, el hijo del fallecido), que a medida que va avanzando por ese -de primeras- absurdo viaje, irá cubriendo las huellas de su padre con las propias, comprendiendo que dicho periplo no es para juzgarle a él, sino para juzgarse a sí mismo.
Por momentos alocado y divertido, y por momentos triste y sombrío, El largo y tortuoso camino es una aventura a la que no le falta de nada: el recuerdo de un padre autoritario y ausente, el inmenso vacío que deja la marcha siempre temprana de una madre, las cadenas de una vida preestablecida y los colegas hippies -ya viejales- del padre y llenos de vida, en contraposición con un protagonista cuarentón y gris, necesitado, pero aún sin saberlo.
Y como colofón, una banda sonora de altura: cada capítulo del cómic lo encabeza el título de una canción, que marca el ritmo de lectura y complementa las emociones plasmadas en las expresivas viñetas de Pellejero.
Este cómic, El largo y tortuoso camino, te invita a viajar; mejor dicho, a liarte la manta a la cabeza y viajar. Porque para encontrarte a ti mismo, primero tienes que perderte, y aceptar el reflejo que te devuelva la vida, sea cual sea.
La lectura enriquece el alma,
Dani S.