Saga de fantasía medieval que comenzó su andadura en nuestro país allá por 1984, Percevan recoge todos los ingredientes que hicieron enamorarse de esta temática a lectores de cómics jóvenes y no tan jóvenes.
Hoy reseño su primer ciclo, compuesto por los álbumes Las tres estrellas de Ingaar y El sepulcro de hielo.
¡Porque hay clásicos que siempre deben estar en boga!
Con un toque humorístico, Percevan se nos presenta como una saga medieval en la que no faltan malvados hechiceros, poderosos dragones, mazmorras esqueléticas o legendarios tesoros. Su indiscutible protagonista es el que pone el nombre a la saga: un caballero de melena pelirroja -como debe ser- y pose perfecta, modelo de guerrero recto, honorable y habilidoso con la espada. Junto a él, en este primer ciclo (Las tres estrellas de Ingaar y El sepulcro de hielo) ya aparece el que está llamado a ser su fiel acompañante, Kervin, un juglar rechoncho, bonachón y algo torpe que sirve de contrapunto cómico.
De este modo, ambos personajes, creados por Xavier Fauche, Jean Léturgie y Philippe Luguy, buscaron atraer las miradas de un público adulto y juvenil, añadiendo al cóctel sangrientas escenas de lucha y bellos personajes femeninos con más o menos peso.
Resultado de todo ello, nos encontramos con una saga que comenzó la Editorial Grijalbo, y hoy día -se supone- continúa Norma Editorial; y hago ese pequeño paréntesis porque hace demasiados años que no vemos un nuevo número de las aventuras de este valiente caballero rojizo. A día de hoy, en España tenemos publicados trece álbumes, mientras que en Francia son quince.
Sus autores, con edades comprendidas ya entre los 69 y 72 años, continúan la saga todavía, y es que Percevan es un compendio de aventuras en su mayoría autoconclusivas, que nos regalan nuevos viajes de sus protagonistas a tierras lejanas, repletas de criaturas sorprendentes, maldiciones aún más oscuras y tesoros todavía más relucientes y poderosos.
Hoy te traigo la reseña de su primer ciclo (de los pocos que superan un único álbum). Las tres estrellas de Ingaar nos plantea una aventura donde un avaricioso y opulente barón, Piedramuerta, y su esbirro, Polémic, tratan de hacerse con la legendaria corona del Rey Ingaar y sus tres piedras preciosas. Según el mito, quien la posea obtendrá un poder absoluto sobre la Tierra.
En este primer álbum conoceremos también a Cienciencias, un poderoso hechicero y consejero de Piedramuerta -al menos, por el momento- y a las hermanas Balkis y Altaïs, dos brujas con poderes diametralmente opuestos, pero igualmente temibles.
Por último, Percevan y Kervin. La flor y la nata de esta saga fantástica, que tratarán de impedir que el barón consiga su objetivo, protagonizando a partes iguales escenas de acción, donde Percevan lleva la voz cantante, y otras en clave de humor, donde será Kervin y su mascota Guimli -un burrito- sobre los que recaigan los focos.
Conoceremos la conclusión de esta historia en El sepulcro de hielo, segundo número de la saga.
Esta primera aventura me ha resultado tremendamente entretenida y, si bien soy más de la fantasía medieval oscura, leer al que está considerado como todo un clásico del noveno arte francobelga ha sido -y lo sigue siendo hoy día- todo un lujo.
Al contrario que otras sagas, los gags y momentos más "infantiles" no se hacen pesados ni te sacan del quid de la historia, lo que supone un alivio y nos permite descubrir la maestría de narradores de la talla de Jean Léturgie o Xavier Fauche, que supieron cómo crear en Percevan esa mezcla perfecta con la que atraer tanto al público juvenil como al adulto.
Si tienes la oportunidad, hazte con Percevan, un icono de la fantasía medieval y la espada y brujería.
La lectura enriquece el alma,
Dani S.
