Cristianos católicos y pelagianos, sajones, britanos, celtas, druidas y la leyenda de la Espada de Nuada, arma que le conferirá un poder imparable a su portador.
Corbeyran y Pinson despliegan un tablero de dimensiones considerables en este primer número de Stonehenge, subtitulado con el nombre de una de sus protagonistas, Erin.
¿Resultado?
Nos encontramos en el año 446 de nuestra era. El implacable obispo Germán Auxerre, enviado de Roma, irrumpe en Britania para luchar contra la herejía del pelagianismo*, que amenaza con expandirse entre los monasterios de la región.
*Esta doctrina cristiana niega -principalmente- la existencia del pecado original y el papel de la Gracia de Dios en la salvación de Jesús.
Junto a este contexto histórico religioso -de hecho, Germán Auxerre existió verdaderamente y uno de sus cometidos fue el que aquí se nos narra-, se nos describe otro de índole política y bélica: la invasión anglosajona de la isla, habitada por diferentes tribus britanas y celtas.
En mitad de todo este barullo surge el eje central de Stonehenge, que le aporta el punto fantástico a la aventura: la existencia de la Piedra de Fal, de la que cuenta la leyenda muestra el camino hacia la Espada de Nuada*; espada que, en las manos "adecuadas", podría unir a todas las tribus britanas para luchar contra su invasor común, o terminar de decantar la balanza hacia el lado anglosajón.
*La leyenda de dicha piedra e incluso la de la Espada pertenecen a antiguos relatos de mitología celta.
Es por todo esto que, lo que deciden adaptar a las viñetas Corbeyran y Pinson, además de ser una historia bastante ambiciosa, es todo un relato repleto de épica, personajes históricos y mitología antigua. ¿Y qué mejor para dejar volar la imaginación que un escenario tan suculento como la Edad Oscura de Gran Bretaña, de la que tan poco se sabe con certeza?
El guión de Corbeyran (Elfos, La banda bómbice, Bandera negra, El canto de las estrigias) en Stonehenge 1. Erin, es un buena puesta en escena, aunque algo compleja por la cantidad de información "básica" que hemos de saber de la época en cuestión. Eso sí, dicha información casi se limita a lo que te he contado anteriormente, que no deja de ser una "versión extendida" de la sinopsis del álbum, pero libre de indeseados spoilers, por supuesto. Lo único que me ha tocado "un poquito" la moral es el hecho de, a lo largo del cómic, sucederse varios flashbacks en los que los personajes hablan en algún dialecto celta del que no se entiende una palabra, evidentemente, pero que los autores han tenido a bien no traducir.
Respecto al apartado gráfico, me apunto a este desconocido Pinson en mi lista de "Dibujantes de los que no debes perder la pista". Su trabajo es una auténtica maravilla a nivel de detalle y expresión, si bien adolece de cierta estática en las escuetas secuencias de combate que aparecen en este Stonehenge. Erin.
Lo dicho, un cómic interesante por la mezcla entre hechos históricos y leyendas que ofrece, con bastante potencial y con todo por demostrar. Bueno, y con un apartado gráfico de escándolo.
La lectura enriquece el alma,
Dani S.