No me canso de decirlo: lo único de infantil, e incluso juvenil, que tiene esta saga de Solos, son sus protagonistas.
Fantasía, ciencia ficción, terror, aventura... la saga de Fabien Vehlmann y Bruno Gazzotti es todo un compendio de géneros y, pese a que este tercer ciclo empieza algo más flojo, me sigo encontrado con uno de los cómics francobelgas que más me tienen enganchado actualmente.
Antes de comenzar, por si has llegado aquí de casualidad:
- Reseña de Solos 1 y 2.
- Reseña de Solos 3.
- Reseña de Solos 4.
El quinto tomo de Solos que nos trae Dibbuks recopila los números diez y once de la saga francesa, y he aquí nuestra primera mala noticia: en su país de origen no hay más números a día de hoy, así que nos toca esperar un mínimo de dos años para seguir disfrutando de esta grandísima aventura. Pero bueno, los lectores de cómic europeo como yo, ya estamos acostumbrados a estos lapsos inevitables de tiempo. Ya no hay coraje.
Con este tomo comienza el tercer ciclo de Solos, y lo hace con nuestros protagonistas bastante dispersos entre el mundo de los Limbos y el de las Tierras bajas. Aún no conocemos la identidad ni el aspecto de las quince familias. Tampoco qué pasó con los adultos. Pero los autores siguen soltándonos pinceladas que van coloreando este misterioso universo, aunque continúan recelosos a mostrar sus cartas. Y llegamos así a nuestra segunda mala noticia: al contrario que en los anteriores tomos, este Solos 5 recoge dos álbumes en los que, desgraciadamente, no pasa gran cosa:
Terry y el Maestro de los cuchillos tendrán que apañárselas en una gigantesca nave repleta de juguetes, Iván recibirá una oscura visita que no solo le dejará una terrible marca, Dodji sufrirá la locura de un extraño personaje, y así con el resto de nuestros protagonistas. Pero pese a todo ello, la trama principal avanzará más bien poco.
No es la primera vez -tampoco será la última- que me encuentro con una situación así. En todas las sagas que siguen una cierta continuidad, hay números que sirven de inflexión, otros que no pasan del mero entretenimiento y otros que hacen que todos los peros hayan merecido la pena. Solos ha tardado nueve álbumes en llegar a ese pequeño escollo. No es nada especialmente grave. Estoy seguro que, con el siguiente tomo, cuando todo el ciclo se pueda leer en su conjunto, este quinto integral ganará muchos enteros. Le pasó a Los Campbell de Munuera, le pasó incluso al inalcanzable Bone de Jeff Smith... la pregunta en estos casos nunca es si le pasará a la siguiente saga, sino cuándo le ocurrirá.
Dicho todo esto, la aventura sigue conservando todo su interés -obvio, pues poco desvela en estos dos números-, Gazzotti nos brinda con su grafismo algunas escenas dignas del mejor terror, y la aventura de estos chicos obligados a madurar a marchas forzadas no da un momento de respiro. ¡Que la espera no se haga muy larga!
La lectura enriquece el alma,
Pd. Por cierto. ¡Bien por Dibbuks, que ha tenido a bien incluir un pequeñito folleto donde se resume lo ocurrido hasta ahora! Algo que debiera ser imprescindible en todas las sagas europeas longevas, al menos entre ciclo y ciclo.
Dani S.
